GILDO MEDINA, BORRANDO LÍNEAS
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Por: Eugenia Peralta
Desde pequeño, Gildo Medina sintió curiosidad por observar e intentar plasmar, a través del dibujo, todo lo que percibía y capturaba su atención. Esta inquietud fue notada por familiares y profesores, quienes propusieron brindarle una formación más formal en pintura y dibujo. Poco a poco, al asistir a diferentes centros de arte, uno de sus profesores aconsejó a la madre de Medina llevarlo a la reconocida Academia de San Carlos en la Ciudad de México. Fue aceptado con tan solo 13 años de edad, lo que le permitió continuar su formación con un alto nivel académico en técnica y composición.
A los 17 años, ingresó a la Universidad Iberoamericana para estudiar Diseño Gráfico, lo que le ayudó a desarrollar una visión más amplia a nivel conceptual. A los 22, se mudó a Europa para estudiar arte clásico y posteriormente continuó su formación en Central Saint Martins, en Londres, donde se especializó en dirección artística y fotografía.
Más tarde, realizó una maestría en gestión cultural en el IED (Instituto Europeo de Diseño) en Italia, adquiriendo una formación estratégica a nivel de proyectos artísticos. Esta formación rica y variada en diferentes disciplinas se refleja en su obra, donde el detalle y el realismo son fundamentales, sin descuidar la parte conceptual y la narrativa, conectando su vida con su esencia.
El retrato, su pasión y fuente de inspiración, le permite plasmar no solo el nivel físico, sino también emociones, personajes, sociedades e individuos, registrando su propia historia a través de ellos. Cada obra tiene una historia relacionada con su vida, convirtiéndose en una crónica personal que cuenta poderosas narrativas a partir de un rostro. Esta fusión interdisciplinaria lo lleva a elegir una variedad de medios, desde pintura, dibujo, ilustración, hasta video y fotografía, buscando que su obra tenga una apariencia de diseño y publicidad con una técnica realista.
El resultado, además de combinar y borrar las líneas entre diferentes disciplinas, es un diseño altamente artístico y una ilustración experta, mezclando el arte con la moda. Para sus creaciones, la elección del medio depende del proyecto y de la historia que se quiera contar. El lienzo de cuero es uno de sus principales medios. Disfruta mucho pintar con acrílico y con distintos materiales que ha descubierto para trabajar sobre piel. Dada la complejidad del material, se requiere un alto dominio de distintas técnicas para lograr precisión en su obra, especialmente cuando se trata de retratos altamente detallados, con un proceso íntimo y prolongado, y a veces solitario.
Como artista, Medina menciona que, en esta profesión, lo más gratificante es ser uno mismo, ya que le permite y exige crecer como ser humano, cuestionarse y superarse constantemente. “Es un privilegio llamar trabajo a una misión de vida y de crecimiento constante en todos los niveles", comenta.
Uno de los momentos más significativos en la carrera de Medina fue haber sido seleccionado como uno de los 100 mejores artistas e ilustradores del mundo por la revista Taschen, reconocida internacionalmente por sus publicaciones de alto nivel. Esta oportunidad le brindó una gran visibilidad y un profundo reconocimiento dentro de la comunidad artística internacional, trascendiendo fronteras y resonando con personas en todo el mundo.
Además de este reconocimiento, Medina ha tenido la oportunidad de exponer su obra en diferentes partes del mundo. Aunado a ello, ha trabajado con diversas marcas de lujo, realizando colaboraciones que elevan los artículos intervenidos a otro nivel, convirtiéndolos en verdaderas obras de arte.
Nueva York, su ciudad de residencia actual, representa desafíos fascinantes y enriquecedores, siendo un crisol de creatividad que lo motiva a evolucionar e innovar constantemente.
En su carrera, Medina continuará expandiéndose y reinventándose como artista. Seguirá colaborando con distintas marcas de lujo y continuará su proceso de reinvención, explorando nuevos medios, temas y formatos, manteniendo siempre su toque único y personal, que borra las líneas entre el arte y el diseño.
Se enfocará en crear proyectos que reflejen una visión más madura y profunda de su trayectoria, creciendo no solo como ser humano, sino también como artista, abierto a nuevas experiencias que alimenten su creatividad y su arte.