La importancia de la valentía en nuestras vidas

La importancia de la valentía en nuestras vidas

Por: Fredel Romano

He descubierto que, en esta experiencia llamada vida, una de las fortalezas más importantes que debemos desarrollar es la valentía. Nuestro andar por la vida está repleto de diversos miedos, algunos muy tangibles y visibles, y otros más escondidos..., escondidos hasta de nuestra propia mirada. Yo soy fiel observadora de estos miedos, porque he descubierto que, justo ellos, son las pruebas que debemos superar para conquistar, cada día, un poco más de luz para nuestro ser. Es como si los miedos fueran migajas de pan que te van mostrando el camino hacia la luz: cada miedo que recoges y enfrentas te va llevando más y más cerca de la luz.

Pero, como seguramente estás pensando, no es nada fácil enfrentarnos a nuestros miedos; es más, si a veces ni siquiera nos resulta fácil simplemente verlos, ¿cómo, entonces, vamos a poder recogerlos y enfrentarnos a ellos? No digo que sea fácil y ni siquiera tengo una respuesta o una pista para lograr convertirnos en “maestros conquistadores de miedos”. Lo que sí sé y creo es que nuestros miedos son nuestra guía para evolucionar. No son la única, pues contamos con otras brújulas, pero nuestros miedos, sin duda, son una brújula muy precisa.

Y aquí es donde entra la importancia de la valentía: si nuestros miedos nos muestran el camino a la luz, debemos practicar la valentía para poder transitar ese camino por el que nos van guiando.

¿Qué pasa si recorro el camino de mis miedos sin la valentía necesaria para ir conquistando, uno por uno? Realmente, nada... Todo se vuelve cuestión de tiempo, el cual solo es relevante en este plano existencial en el que vivimos, por lo que, ante nuestros ojos sumergidos en esta realidad, el tiempo lo es todo. Transitar por caminos que nos muestran nuestros miedos sin la valentía necesaria solamente nos hará perder un poco de tiempo y energía. Estaremos caminando, sin conseguir, y dejando correr el tiempo sin avanzar hacia donde nuestra alma realmente quiere llegar. 

Sin embargo, si logramos ser valientes, cada paso que demos nos permitirá avanzar y cada segundo de nuestra existencia nos llevará más cerca de la luz, del entendimiento, del amor profundo y genuino por todo lo que somos. Pero, ¿cómo nos convertimos en seres valientes?

Como alguna vez escribí: la verdad es tan amplia, que todos cabemos dentro de ella. Creo que nunca hay una respuesta única y correcta. Yo cultivo mi valentía de la siguiente manera: escojo mis miedos más pequeños e insignificantes, los veo de frente, los escribo, los hablo, los deshebro, respiro calmadamente, llenándome de fuerza universal, y decido atravesarlos. Es decir, permito, por un segundo, que formen parte de mí, los integro momentáneamente a mi cuerpo, para que, así, me transformen y yo salga del proceso con fuerza y entendimiento. Cada nuevo miedo que conquisto va aumentando mi confianza en mí misma y por lo tanto mi valentía, ya que, para ser valiente, es importante confiar en uno mismo.

Por eso, es de suma importancia que comencemos con miedos pequeños y vayamos alimentando nuestra valentía con la confianza que ganamos a través de esas “pequeñas” conquistas. El camino de la conquista de nuestros miedos, sí o sí, nos lleva a la plenitud, al disfrute de la vida. Somos miedos enmascarados bajo muchas otras emociones; cuando descubres esto, también te das cuenta de qué tanto debes aún trabajar en seguir descubriendo.

Te dejo aquí estas palabras solo para acompañarnos en este camino. Estoy convencida de que cada miedo derribado es un rayito nuevo de luz y amor en nuestras vidas. Cada miedo que atravesamos nos lleva a la unión con todos. Este es, realmente, el trabajo que venimos a realizar en esta existencia: la conquista de la luz a través de derribar, uno a uno, nuestros miedos. Un ser sin miedo es un ser lleno de luz y amor.

Aún no sé si es posible la conquista absoluta del miedo. Lo que sí sé es que es posible acercarse a ella.

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