No eres complicada, eres mujer

No eres complicada, eres mujer

Por: Fredel Romano Cojab

Complicada no es sinónimo de ser mujer 

 

En conmemoración del Día Internacional de la Mujer, decidí escribir sobre una frase que, en lo personal, me ha acompañado a lo largo de mi vida: "qué complicadas son las mujeres". Esta absurda etiqueta ha sido aplicada muy descuidadamente por la mayoría de las personas, incluso por nosotras mismas, pues, como mujeres, fuimos aceptando y hasta promoviendo que se nos instalara la palabra “complicada” justo antes o después de nuestros nombres. 

 

Yo, desde muy pequeña, percibí un enorme rechazo hacia las mujeres que mostraban los dolores de su corazón, de su mente o de su alma. En el ambiente en el que me desarrollé, mencionar cómo te sentías ante una situación o evento era tachado de equivocado y, una y otra vez, escuchaba a mis parientes más cercanos, inclusive a mi mamá, decir por esto que las mujeres éramos muy complicadas. 

 

Esas cinco palabras aún reverberan constantemente en mis oídos. Todas esas creencias y comentarios, que entiendo nunca se hicieron con mala intención, repercutieron profundamente en mí, igual que estoy segura, en muchas otras mujeres. 

 

Como sociedad, no sé ni cuándo ni cómo dejamos de ver y valorar la gran contribución que aportamos con nuestras maneras de mujer. No escribo sobre este tema con el afán de colocarme ni colocarnos en el papel de víctimas. Muy al contrario, escribo para invitarnos a hacernos responsables de esas etiquetas de género, impuestas y autoimpuestas, y actuar de forma más asertiva para con nosotras mismas; para tomar de lo vivido las enseñanzas y caminar hacia donde cada una de nosotras decida hacerlo sin miedo a ser auténticas y mostrarnos tal cual somos: seres altamente sensibles que, con nuestra sensibilidad y nuestra manera, podemos transformar hermosamente nuestra sociedad y nuestro mundo. 

 

Sin embargo, para poder lograrlo, primero tenemos que abrazar nuestras formas femeninas diferentes, sin llamarnos a nosotras mismas ni permitir a otros llamarnos “complicadas” por esas formas tan nuestras de abordar las experiencias de la vida; formas que, muchas veces, incluyen el llanto, las emociones a flor de piel y las pláticas interminables en el intento de llegar a entender una situación a profundidad, así como muchas otras que son parte de nuestras formas de mujer. Justo hacerlo a nuestra manera es lo que nos permite ser auténticas, genuinas y alcanzar niveles de transformación mucho mayores a los que alcanzamos disfrazando nuestra sensibilidad y nuestras emociones. 

 

Somos mujeres y, como mujeres, debemos respetar y engrandecer nuestra esencia y las herramientas con las que venimos a esta experiencia llamada vida. 

 

En la conmemoración de nuestro día, solo escribo para invitarnos a nunca dejar de ser nosotras mismas, tal como somos: seres fuertes, hermosos y sensibles, porque la sociedad necesita del balance perfecto que únicamente se logra con la parte femenina y la parte masculina conviviendo en armonía, cada cual con su esencia, cada cual manifestando su ser auténtico y genuino. 

 

Confíen en su corazón y vayan hacia donde las lleve. 

 

¿Seguimos la conversación? Escríbanme a hola@noumi.com 

 

IG: @fre__philosophy 

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