PALABRAS LIBRES DE MUJER: LAS INTENCIONES DETRÁS DE NUESTRAS ACCIONES
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Por: Fredel Romano
Cada acción que emprendemos, sin excepción, tiene una intención detrás; cada decisión que tomamos está impulsada por una intención profunda que, a menudo, pasa desapercibida. Aunque en la superficie puedan existir motivos evidentes que justifiquen nuestros actos, es la intención más arraigada la que realmente guía nuestros pasos. Sin embargo, no todos reconocemos esa profunda intención detrás de nuestras acciones y, al no detectarla, vamos por la vida actuando de forma inconsciente en favor de ella.
Esta intención, que yace, en lo más profundo de nuestro ser, moldea no sólo nuestras acciones, sino también la trayectoria de nuestras vidas. Por eso, para mí, es fundamental tomar siempre conciencia de las verdaderas intenciones que me llevan a realizar cada una de mis acciones. Tomar conciencia de nuestras intenciones es crucial, pues nos permite comprender el verdadero propósito que existe detrás de nuestras acciones. Esta comprensión facilita la reflexión acerca de los efectos o las consecuencias que resultan de dichas acciones, lo cual nos ayuda a descifrar por qué nos suceden las cosas que nos suceden en la vida y nos brinda un entendimiento más profundo de nuestra existencia, ya que el resultado de una acción siempre está alineado con nuestra verdadera intención.
Cuando consideramos que los resultados de nuestras acciones no tienen sentido, es necesario reflexionar sobre nuestras verdaderas intenciones: ¿Realmente eran las que creí que eran? ¿Había una intención más profunda que no logré detectar? A medida que logramos identificar nuestras verdaderas intenciones, entendemos mejor la razón y la forma en que ocurren las experiencias por las que atravesamos; entendemos mejor nuestra vida. Identificar y reconocer nuestras verdaderas intenciones, también nos permite ser conscientes de que somos los artífices de nuestro propio destino, lo cual nos brinda un sentido de responsabilidad personal sobre nuestras vidas y nos libera del victimismo. Comprender nuestras verdaderas intenciones nos permite comprometernos con objetivos que se alineen con ellas y llevar a cabo las acciones necesarias para alcanzarlos; o, en otros casos, nos permite replantear tanto nuestras intenciones como nuestros objetivos.
Además, identificar nuestras intenciones nos permite reconocer las expectativas ligadas a nuestras acciones, lo cual nos ayuda a no esperar nada más que un resultado alineado con nuestras intenciones y que corresponde a aquello que realmente buscamos con nuestras acciones, evitando así decepciones por no ver cumplidas expectativas que no nacen de nuestras verdaderas intenciones. Cuando comprendemos las intenciones detrás de nuestras acciones, con sus expectativas particulares, cualquier otro beneficio que recibimos al hacerlas realidad se convierte en un regalo inesperado que nos da la oportunidad de, simplemente, agradecer.
Reconocer nuestras intenciones nos permite vivir con mayor conciencia, nos brinda más claridad para actuar y fortalece nuestros sentidos de responsabilidad y gratitud. Poner atención e identificar las verdaderas intenciones que hay debajo de nuestras acciones es una herramienta muy poderosa para comprender y valorar cada una de las experiencias que, sumadas, forman nuestra vida.
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